Darío y El Flaco: dos estilos en busca del premio mayor


A menos de seis meses de las elecciones municipales, el panorama político en Maldonado sigue complicado en los dos partidos con chances de acceder al gobierno. El EP-FA sigue sin fijar fecha para su Convención Departamental, en tanto no está confirmada la tercera candidatura. Si bien Ricardo Alcorta tiene la aprobación pública de toda la izquierda, los sectores no se ponen de acuerdo acerca de la manera en que la darán los convencionales que el dirigente nuevoespacista necesita. El Partido Nacional (PN), en cambio, tiene el problema de que ya ha convocado a su Convención para el 22 de diciembre, pero no ha logrado aún un acuerdo acerca del nombre que se sumará a los dos postulantes confirmados, Enrique Antía y José Luis Real. Los colorados son quienes están en mejor situación ya que tienen un acuerdo interno para llevar tres candidatos, cuyos nombres están definidos. Claro que en este caso la pipa de la paz llega tarde. Con un 9,45 por ciento de caudal electoral conseguido en octubre y la casi segura perspectiva de bajar aun más en mayo de 2005, la batalla colorada pasa por conservar por lo menos tres ediles, la mitad de su bancada actual. En este caso, se trata simple y llanamente de supervivencia partidaria.

Los blancos tienen además otros motivos para estar nerviosos. Los resultados de las recientes elecciones colocaron al PN 10.700 votos por debajo de la izquierda, y si se suman los sufragios de los dos partidos tradicionales, aun siguen 1.500 votos abajo, que en este departamento significa un 1,5 por ciento del electorado. Pero en las municipales no hay balotaje, lo que hace muy difícil remontar esa diferencia. Además, el panorama para los blancos se presenta muy diferente al de hace un lustro por el lado de su principal rival. Los dos dirigentes de izquierda que ya superan el mínimo de convencionales exigido por la Constitución son los diputados electos Darío Pérez y Óscar de los Santos. La alineación de sectores detrás de cada uno de ellos promete una disputa voto a voto, y el plus que le agregan las diferentes características políticas y personales de ambos dan a la contienda interna un atractivo particular, del cual los blancos carecen. No se requiere demasiado esfuerzo mental para afirmar que entre Pérez, De los Santos y Enrique Antía está el intendente de Maldonado en el próximo período, y que los dos primeros tienen chances muy superiores al actual jefe comunal.
En este escenario, adquiere especial interés el duelo entre las primeras figuras de la izquierda departamental, una contienda que se ha gestado durante diez años y que tendrá su momento de la verdad el 8 de mayo.

AGUA Y ACEITE.

Pérez y De los Santos representan dos estilos diferentes en la izquierda departamental, aunque comparten el fuerte personalismo que rodea a sus movimientos políticos. El primero es un hombre que se hizo solo. Con un estilo caudillista que escandaliza a quienes siguen respetando los cánones de la izquierda tradicional, este médico nunca ha dejado de lado al blanco que fue en sus orígenes. Impetuoso, peleador e individualista hasta el extremo, sus acuerdos políticos siempre son personales, hechos cara a cara. Y hasta sus más enconados adversarios le reconocen que cuando da su palabra, la cumple a rajatabla. Por eso a los dirigentes de los partidos tradicionales que ingresan a la izquierda les resulta mucho más fácil acordar con él que con otros que ponen de por medio estructuras rígidas y direcciones colectivas, donde las pequeñas luchas por el poder son el pan de cada día.
Cabildo 1813 es su sector, y al que no le guste, afuera. Y afuera han quedado, a lo largo de los años, dirigentes y militantes que formaron parte del grupo pero quisieron vida orgánica, voz en la elaboración política y voto en la definición de estrategias. Pérez nunca supo de comités de base ni de militancias abajo. De votante a diputado y a candidato a intendente. Tiene también la aureola de médico de pueblo con todo lo que eso implica en el Interior en cuanto a prestigio social.
Con su estilo directo, agresivo y sin medias tintas, recoge mejor que nadie el cansancio de quienes se sienten estafados por el sistema político tradicional y rechazan los acuerdos y hasta el diálogo con sus representantes. Los enfrentamientos de Pérez con Antía son históricos, y han condicionado en el último lustro todo el relacionamiento de la izquierda con el partido de gobierno en el departamento.
De los Santos, en cambio, viene con su pasado de dirigente sindical y militante comunista a cuestas. Obrero de la construcción, pintor de obra, hizo toda la carrera tradicional en la izquierda. Su militancia gremial lo llevó a ser el secretario general del SUNCA en Maldonado y a integrar su dirección nacional. También llegó a ser la principal figura local del Partido Comunista, por el cual fue electo edil. De carácter afable, es apreciado hasta por sus adversarios, pero sus opositores en la interna frecuentemente lo acusan de ser demasiado dialoguista.

Su lenguaje corporal, su forma de vida, su manera de expresarse son las del obrero de la construcción, y eso entusiasma a sectores de la población vitales para la economía del departamento pero que nunca tuvieron real representación en el sistema político de Maldonado. En ese sentido genera, igual que Pérez, una fidelidad a prueba de balas. Su base electoral está en los grandes barrios populares de Maldonado, San Carlos y Pan de Azúcar. Sus debilidades están en el resto de la capital departamental, en Punta del Este y Piriápolis. Pero las capas medias, aunque lo miran con cierta simpatía, desconfían de la capacidad de gobernar de un hombre que no tiene un buen nivel de educación formal ni está formado, como Burgueño, en los laberintos del poder local.
Si bien es hombre de direcciones colectivas y de equipos de trabajo, paradójicamente ha fallado (junto al grupo de incondicionales que lo acompaña desde hace diez años) en la tarea para la cual Pérez demuestra una habilidad innata: la política de alianzas. Eternamente aislado, esta será la primera vez que los acuerdos políticos le den chances firmes de acceder a la jefatura municipal.
Hoy, ya con la mayoría de los grupos del EP-FA definidos en cuanto a los apoyos para mayo, De los Santos aparece con mejores chances que Pérez. Las listas que llevarán de candidato al pintor de obra reunieron en octubre 18 mil votos contra 15 mil de los que acompañarán al médico. En el medio está el MPP, único grupo que no ha tomado posición y cuya decisión hacia uno u otro lado inclinará sin duda la balanza.