Los (repetidos) hits del verano


Como ya es tradición, el primer día hábil del año comenzó con una polémica en torno a la marcha (si es que puede utilizarse este término cuando recién ha transcurrido una semana de su inicio) de la temporada turística en Punta del Este. La guerra de las cifras ya empezó: por un lado las voces triunfalistas –del gobierno, claro está- señalan que se recogió un 10% más de basura que el anterior, que el consumo de energía eléctrica es mayor que en los primeros días del 2006 y que los grandes supermercados están haciendo ventas récords. Por el otro lado, dirigentes de gremiales turísticas advierten que aún quedan muchas propiedades por alquilar. Más allá de los números, que cada cual toma como le conviene, hay una realidad que rompe los ojos: desde el Balneario Solís hasta la Barra del Chuy, toda la costa está desbordante de turistas. Mozos, cuidacoches y vendedores ambulantes, que tienen una visión de la situación menos parcializada políticamente y frecuentemente más ajustada a la realidad que la de los llamados “operadores turísticos”, confirman que efectivamente hay mucha más gente que el año anterior. Si bien el ingreso de argentinos por los puentes fronterizos disminuyó notoriamente a causa del conflicto, el aumento en los otros puntos de acceso al país, la incorporación a la flota de Buquebus de una nueva embarcación con capacidad para 1200 pasajeros y el importante aumento del turismo extraregional han neutralizado temporalmente esa mengua. Otro punto a destacar es que el gasto diario promedio de cada turista viene en aumento, un dato importante para nuestro país ya que Uruguay es uno de los países latinoamericanos con peor índice en este aspecto. En suma, las expectativas oficiales para el año 2008 relativas al ingreso de divisas por concepto de turismo, son muy buenas.

El segundo hecho que también forma parte de las tradiciones de inicio de la temporada es el conflicto de los guardavidas. El tira y afloje se dió en toda la costa esteña, desde Canelones hasta Rocha. Al menos una decena de bajadas en playas de la Costa de Oro no cuenta actualmente con servicio de guardavidas que se niegan a asistir ante la falta de casillas. Pese a que habían advertido del problema en el mes de octubre, las casillas se están construyendo en este momento y se espera que estén instaladas alrededor del 10. De no ser así, podría haber otras medidas de fuerza.

En Maldonado se llegó a un arreglo a mediados de diciembre, luego situaciones de enorme tensión: una concentración de guardavidas frente a la Junta Departamental estuvo a punto de terminar con una pelea entre éstos y ediles oficialista.

El caso de Rocha era el más preocupante, porque el año comenzó sin acuerdo y con un número muy importante de turistas en las playas. Tuvo que ser la Prefectura con un número insuficiente de efectivos quien se ocupara de la seguridad de los bañistas. A última hora del miércoles 2 se llegó a una solución, y al día siguiente fuentes de la comuna rochense confirmaron a Brecha que una brigada de emergencia de los guardavidas ya había bajado a la playa y se esperaba que hoy viernes la situación se hubiera normalizado.