Competencia bicéfala con programa único (Elecciones municipales en Maldonado)


En Maldonado, la ruta electoral con destino a mayo está pavimentada de sorpresas, desafíos y accidentes varios. Eso se puede comprobar en los dos principales lemas; también en el nuevo partido de un dígito.

A pesar de que tanto Darío Pérez (Cabildo) como Óscar de los Santos (Alianza Progresista) han hecho el lanzamiento oficial de sus candidaturas, en realidad la campaña electoral aún no ha comenzado en Maldonado. Estamos en enero, y en este departamento eso significa trabajo. Todo lo demás se posterga porque la zafra turística no permite otra cosa. Sin embargo, en la izquierda ya se comienza a entrever que la novedad de la triple candidatura municipal -que en realidad se reduce a dos, porque Ricardo Alcorta no tiene posibilidades reales- no saldrá gratis. ¿Cómo marcar diferencias entre candidatos que reivindican las mismas ideas, tienen el mismo principal adversario y cuentan con un solo programa?

A pesar de que ambos dirigentes aseguran que pondrán énfasis en diferentes aspectos sin salirse del libreto, lo cierto es que tendrán que hacer un esfuerzo extraordinario para evitar el camino del enfrentamiento personal que ya comienza a insinuarse.

Por ahora, al menos ante la opinión pública, la cosa tiene un carácter casi deportivo: Pérez informa, por ejemplo, que se reunió con Lanata y con inversores argentinos, y De los Santos retruca anunciando que va a realizar una gira por algunas provincias argentinas y por el estado de Río Grande del Sur, en Brasil, para atraer capitales. Pero hacia adentro, el ambiente ya está muy caldeado. La gente de Pérez y de De los Santos se pelean en las comisiones de programa (las propuestas que hacen unos les parecen absurdas o contraproducentes a los otros), no se ponen de acuerdo en cómo proclamará la convención departamental sus candidaturas, y en cada pequeña jugada los enfrentamientos y los golpes bajos están a la orden del día. Ya comenzó la ronda de volantes con acusaciones sin firma y los rumores que van desde financiaciones non sanctas hasta los secretos apoyos del enemigo. La cosa llegó a tal punto que el propio Plenario Departamental del FA tuvo que emitir un comunicando rechazando un anónimo correo electrónico con insultos contra De los Santos que estaba siendo enviado a todos lados y que salía de la propia izquierda.

Cierto que en todas las campañas ocurren cosas parecidas, pero hasta ahora ese fenómeno, por lo menos en el departamento, no era significativo dentro del EP-FA. Al fin y al cabo, el candidato a la Intendencia era de todos los sectores y había que preservarlo, por lo que las diferencias se dejaban de lado. Esa situación ha cambiado. La paridad entre ambos dirigentes y el hecho de que el vencedor dentro de la izquierda tenga altas probabilidades de convertirse en intendente de Maldonado sin duda contribuyen a calentar la campaña y a correr todos los días un poco más la línea de lo permitido por la “fraternidad frenteamplista”.

PUNTO DE PARTIDA. Hace poco menos de diez días, luego de dos meses de idas y venidas, el MPP decidió apoyar a Pérez, con lo cual se terminó de definir el panorama electoral en el EP-FA. El sector encabezado por José Mujica era el aliado más apetecido por los dos grandes bloques en que está dividida la coalición. A pesar de que la votación de la lista 609 en este departamento fue bastante más baja que la esperada (salió tercera en la interna y obtuvo el 15,6 por ciento de los votos del EP-FA), sus 7.200 votos siguen siendo decisivos por la paridad existente entre los dos sublemas. Hasta qué punto lograrán los emepepistas mantener la fidelidad de sus votantes en una elección en la que no contarán con la figura de Mujica, es una de las incógnitas fundamentales en esta etapa.

De todos modos, Pérez no sólo quedó claramente mejor posicionado, sino que una vez más logró concretar un abanico de alianzas mucho más amplio que el de su adversario. Lo acompañan, además del MPP, el Partido Socialista, la Vertiente Artiguista, el Partido Comunista y varios pequeños sectores. La ventaja de lograr un buen frente no está solamente en el número de votos que cada sector trae consigo. También cuentan -y mucho- las estructuras organizativas y los militantes que éstos ponen al servicio del candidato y que resultan fundamentales para tener presencia en todas las ciudades del departamento, para organizar los actos barriales, el puerta a puerta y las finanzas.

De los Santos, por su parte, sólo logró el concurso del grupo del diputado saliente Enrique Pérez Morad, de Asamblea Uruguay (que genera exactamente las mismas dudas que el MPP en cuanto a la fidelidad de sus votantes), y de tres pequeños partidos. Claro que cuenta con otros elementos a su favor. En primer lugar está posicionado como el político de mejor imagen en Maldonado y encabezaba, a fines de diciembre, la intención de voto departamental (véase recuadro). Y tiene, lo que no es poca cosa, el fuerte apoyo que le presta su sector desde Montevideo. Es lógico que sea así: si la Alianza Progresista logra quedarse con dos intendencias clave del Interior como Maldonado y Canelones (Marcos Carámbula hace campaña en forma independiente pero nunca ha negado su pertenencia al sector), su peso político, hoy reflejado en la titularidad de dos ministerios y en la Vicepresidencia de la República, sin duda será mucho mayor. Por eso al lanzamiento de la candidatura de De los Santos en Punta del Este asistió una numerosa embajada aliancista encabezada por los dos ministros designados de la 738, Héctor Lescano y Víctor Rossi, e integrada además por la directora de Turismo de Montevideo, Lilián Ketchichián, y el diputado de Cerro Largo Gustavo Guarino. No pasó inadvertida tampoco la presencia de Esteban Valenti, uno de los principales asesores de Tabaré Vázquez durante la campaña electoral.

En este terreno, Pérez está en peor situación, porque en Montevideo y en los círculos más cercanos al gobierno electo el único aliado con que cuenta es el Partido Socialista, y además ni siquiera integra ese partido. Aunque en general está mejor parado para enfrentar la campaña, no puede descuidar ese aspecto. Su habilidad para involucrar a las dirigencias nacionales de los sectores que han decidido apoyarlo resultará fundamental, por lo menos desde el punto de vista propagandístico, para evitar que sea sólo De los Santos quien capitalice la popularidad del nuevo gobierno.

DIFICULTADES BLANCAS. Para el Partido Nacional (PN), el panorama se presenta difícil. En primer lugar, no logró repetir la fórmula que le dio la victoria hace cinco años: tres candidatos con perfiles muy distintos en una pelea pareja, apelando a diferentes sectores del electorado. Esta vez, el peso apabullante del intendente Enrique Antía relega a los otros dos candidatos a un papel testimonial. La Convención Departamental, realizada en medio de una crisis que obligó a un cuarto intermedio de varios días, también proclamó como candidatos al secretario general de la Intendencia, José Luis Real, y al empresario -de la construcción, faltaba más- Daniel Costa.

Después de la derrota de Alfredo Lara en las internas de junio último, el PN se quedó sin alternativas al oficialismo. Son tres candidatos demasiado parecidos entre sí, y sin competencia real. Para colmo, el apurón por sacar un montón de excepciones para construir torres donde las reglamentaciones lo prohíben, ha tenido la virtud de dejar aislado al intendente como no lo había estado nunca en todo su mandato. Y en tercer lugar, la encuesta de Equipos Mori, realizada los días 18 y 19 de diciembre, mostró que la izquierda mantiene la supremacía que obtuvo el 31 de octubre sobre los partidos tradicionales. Algunos votos colorados pasaron al PN, pero no los suficientes. A pesar de que la Intendencia emitió un comunicado de prensa informando de una encuesta de Cifra según la cual el 61 por ciento de la población urbana de Maldonado está conforme con la gestión municipal, cuesta conciliar estos datos con los de intención de voto. Si ambas encuestas reflejan la realidad, Antía tiene el mismo problema que tuvo Jorge Batlle hace tres meses: por más que los números mejoren, su imagen sigue estando estancada para dos terceras partes del electorado.

LÍOS COLORADOS. Por su parte, el Partido Colorado sigue profundizando su crisis. A pesar del acuerdo previo para presentar tres candidatos como los otros lemas, una llamada telefónica de última hora de Alberto Iglesias a Benito Stern dejó al ex presidente del INAU, el quincista Martín Marzano, fuera de carrera. Una fuente colorada aseguró a BRECHA que el motivo fue el enojo de Iglesias con el propio Batlle por una cuestión puntual. Lo cierto es que la lista 15 se quedó sin candidato en Maldonado y el partido sin el único dirigente que no sólo tenía votos propios sino que además era el más experimentado de los que iban a conformar la terna. Los dos postulantes que harán la campaña, Jorge Schusman, del sector de Stern, y Roque Martinelli, que responde a Wilson Sanabria, son poco conocidos por la opinión pública. La encuesta de Equipos Mori muestra una intención de voto del 4 por ciento para todo el lema -menos de la mitad de lo conseguido el 31 de octubre-, lo que representa solamente un edil en la Junta Departamental. En buen romance, eso se llama caída libre.