Óscar De los Santos: “Cambiar para no hacer de Maldonado un Rio de Janeiro”


con Óscar De los Santos.

Cambiar para no hacer de Maldonado un Rio de Janeiro

Las encuestas coinciden en que Maldonado puede ser uno de los departamentos donde triunfe el EP-FA. Allí la izquierda uruguaya está viviendo una experiencia histórica: tres candidatos del lema compiten por el premio mayor.

Uno de ellos, Óscar de los Santos (43), ex dirigente del SUNCA y diputado de la Alianza Progresista, habló con BRECHA sobre la situación de emergencia nacional y departamental, la política tributaria, las excepciones edilicias y las tensiones internas derivadas de la campaña que preocupan a muchos frenteamplistas.

-Quien gane las elecciones en Maldonado encontrará un departamento con graves desigualdades económicas y sociales, con problemas urgentes, y con un Ministerio de Economía que probablemente no cederá demasiado a los reclamos. ¿Cómo se puede enfrentar esta situación?

-Vamos a tener que implementar políticas sociales y nuestro propio plan de emergencia, que contribuya con el nacional. Para esto hay que tomar varias medidas. Por un lado el ahorro en el municipio. Hoy lo que se gasta en salarios y aportes supera el 55 por ciento del presupuesto. Y si tomamos el tema general de funcionamiento -las licitaciones y concesiones, los asesoramientos, los contratos de obra y hasta el pago de luz, agua e insumos en general- se gasta en el orden del 82 por ciento de todo lo que se recauda. Si esto no se reestructura, no vamos a poder atender las políticas sociales ni utilizar los estímulos tributarios como un elemento que permita fomentar ese proyecto turístico y productivo que impulsamos.

Esto tiene que estar acompañado por una reforma tributaria basada en un reaforo catastral, para que se pague la contribución inmobiliaria en función de los valores reales, y así poder gravar aquellas viviendas de mayor valor y paulatinamente ir desgravando las de valores medios y bajos. Hoy hay un mecanismo muy injusto porque esencialmente se paga por la ubicación, cuando en cada zona conviven casas de muy distinto valor que a la hora de pagar son tratadas como iguales. Eso lo que hace es contribuir a que aumente el número de morosos. La reforma tributaria tiene que estar acompañada de planes de refinanciación, con un tratamiento blando para pequeños y medianos morosos, pero también es necesario tomar medidas más enérgicas con los grandes. De una deuda que asciende a 40 millones de dólares, 24 millones corresponden a 5 mil padrones (N de R: de los 35 mil padrones endeudados); y si vamos al otro extremo económico, los 5 mil deudores más chicos deben menos de 5 mil pesos cada uno. Vamos a tomar medidas para terminar con la especulación financiera. Va a haber planes de financiación, pero estamos decididos a recuperar esos activos porque los necesitamos para equilibrar las cuentas y particularmente para cubrir un déficit que no es económico sino social. Si no tenemos una serie de políticas sociales -no paternalistas sino integradoras-, Maldonado se transforma en Rio de Janeiro dentro de diez años.

-¿Cuál es la solución a toda esta polémica por las excepciones edilicias? ¿A quién corresponde la responsabilidad final? Porque el ministro Danilo Astori planteó que la última palabra la tiene el Ministerio de Economía…

-Hay que crear un nuevo plan de desarrollo urbanístico, quizás convocando algún mecanismo de consulta que podría ser un concurso internacional. Hay que diseñar un departamento desde el punto de vista urbanístico para 15 o 20 años. Que preserve la faja costera, la reserva de agua dulce y el equilibrio de desarrollo en términos de la construcción, ambientales y previniendo la contaminación visual. En cuanto a la desocupación, el año pasado el 95 por ciento de los puestos de trabajo en la construcción fueron provistos por obras dentro del marco de las ordenanzas, que no tuvieron que entrar en la categoría de excepciones. Hay además mucha especulación con los valores de la tierra que genera incertidumbre. Están preocupados los propios inversores, que quieren saber cuáles son las reglas de juego. Hemos estado reunidos con unos y con otros. Con aquellos a los que les impugnamos los proyectos, para explicarles las razones, haciéndoles ver que ellos mismos necesitan un marco jurídico estable, que es mucho más rentable que sacar una ganancia rápida hoy a costa de las excepciones porque se puede terminar distorsionando el mercado. El riesgo es que además si en dos o tres años no hay un flujo turístico mayor, se saturará el mercado de metros cuadrados de vivienda, bajarán los precios, aumentará el desempleo, se desestimulará la inversión, y la curva de la crisis cíclica llevará dos o tres años.

En cuanto a lo que dijo Astori, yo interpreto que él se refirió a que se van a cumplir las normas. Pero tanto el gobierno nacional como los frenteamplistas del Interior sabemos que el modelo descentralizador se sostiene en la autonomía de los municipios, que no se puede violentar. Estoy seguro de que el Frente Amplio a nivel nacional es garante de esto.

-La experiencia de la múltiple candidatura en Maldonado ha demostrado ser complicada para la izquierda. El nivel de tensión entre usted y Darío Pérez preocupa a muchos frenteamplistas y es objetivamente una ventaja para el Partido Nacional. ¿Hay alguna idea de cómo resolver esta situación?

-Estamos pasando por una experiencia nueva, compitiendo como nunca por el gobierno. Creo que haber aprobado la múltiple candidatura fue el hecho más importante para asegurar el gobierno. Efectivamente, se ha generado una serie de tensiones que vamos administrando, pero yo apuesto a la inteligencia de los tres -porque no somos tontos- para entender que estamos jugando con un valor superior, un proyecto madurado por la izquierda. En esta coyuntura nos tocó a nosotros, y nos necesitamos los tres para que la izquierda gane. El tamaño de la herida que nos hacemos hoy va a ensanchar las dificultades cuando tengamos que transformar este departamento, gane quien gane. Hemos hablado entre los tres, pero hay cosas de campaña que cuesta superar: está la ansiedad de los sectores y los militantes de posicionar mejor a su candidato y se pueden cometer errores.

-Hay momentos en que parecería que se perdió la brújula…

-Sí. A veces parece que se perdió el timón del barco. Estamos sufriendo los escarceos inmediatos de la aprobación de la triple candidatura. Pero estoy seguro de que el principal corsé que tenemos para no desmadrarnos es la gente, que nos está pidiendo unidad en cada lugar que vamos. O estamos a la altura de las circunstancias o podemos estar contribuyendo a que Maldonado, departamento estratégico, sea una piedra en el modelo de cambio que se empezó a instalar en Uruguay. Y yo estoy seguro -porque conozco a los dos compañeros- que vamos a estar a la altura.

-¿Cuáles serán los criterios a seguir para cubrir los puestos de gobierno?

-Vamos a recurrir a los mejores cuadros políticos y técnicos del EP-FA y también a otros cuadros con idoneidad técnica y compromiso con el proyecto de cambio aun cuando no hayan votado al Frente Amplio.

-En la situación de Maldonado, con dos sectores fuertes bien diferenciados, ¿esta política no arriesga complicar al ejecutivo comunal dejándolo a la deriva de las rencillas internas del Frente?

-Estoy convencido de que si hay programa común de gobierno no tiene por qué haber conflicto entre la fuerza política y el gobierno. Y si lo hay, lo resolveremos políticamente en el marco del cumplimiento del programa. Soy partidario de que el Frente democratice aun más su vida interna, y de que la propias elecciones internas sean mecanismos donde se catalice la expresión popular.

-¿Siente que puede operar como un factor en su contra ser el único candidato de origen obrero? Hay sectores que lo miran de reojo por ese hecho.

-A veces creo que sí. Pero cuando me reúno con sectores empresariales, o como lo hice la semana pasada con una comisión de fomento de una zona muy importante de este departamento, trasmitimos seguridad porque establecemos cuáles son las reglas de juego; tenemos serenidad para plantearlo y firmeza para mostrar a dónde vamos. Eso me lo enseñó la fuerza política, la universidad del Frente Amplio. Y hay que revisar la historia de este departamento, porque los intendentes de aquí en su inmensa mayoría no tuvieron formación universitaria. Además, si eso fuera un impedimento, quien presidiría hoy Brasil no sería un obrero metalúrgico. Por otra parte, estoy convencido de que hay un papel destinado a lo político y un papel destinado a lo técnico. En la medida en que esas dos vertientes no se conjugan, no hay proyecto de cambio.

-Hay un papel protocolar que cumple el intendente. ¿Cómo se ve reuniéndose con Giordano o recibiendo a Mirtha Legrand en el Conrad?

-Bueno, no es mi perfil. Pero hay que mantener las puertas abiertas del departamento para que venga el turismo y la inversión, y si hay que hacer algunas cosas desde el punto de vista de la imagen, las haré, claro. Eso no significa que me vaya a transformar en un producto: tengo un acento que no puedo negar y un origen que reivindico. Soy hijo de un obrero del pórtland y de una mucama, y me siento orgulloso. Soy un obrero de la construcción, un pintor, un dirigente sindical que hoy puede ser intendente. No tengo que demostrar lo que no soy.