Darío Pérez: “Gobernaremos sin el chantaje que practican los partidos tradicionales”


con Darío Pérez, candidato del EP-FA en Maldonado

Gobernaremos sin el chantaje que practican los partidos tradicionales

En un contexto electoral pautado por una implacable ofensiva de los blancos y una visible disputa interna en la izquierda, Darío Pérez, uno de los tres candidatos del EP-FA, habló con BRECHA sobre la herencia que recibirá el próximo intendente, la situación de emergencia social en Maldonado, y los avatares de una contienda particular que es a la vez una experiencia inédita para la izquierda departamental.

CUANDO COMIENZA LA etapa final y más intensa de la campaña electoral, en Maldonado el camino comienza a desbrozarse. Aunque en este departamento son ocho los candidatos que aspiran a ganar los comicios, la carrera real se ha reducido solamente a tres: el actual intendente Enrique Antía y los dos candidatos de la izquierda, los diputados Darío Pérez y Óscar de los Santos. Todas las encuestas que se manejan hasta el momento -algunas públicas y otras reservadas- ponen a la izquierda en primer lugar y en forma clara, aunque la diferencia entre ambas fuerzas varía considerablemente según cuál sea la empresa encuestadora.
Sin embargo, importantes dirigentes del Frente Amplio consultados por BRECHA coincidieron en mostrar su preocupación por los efectos que pueda tener la campaña de los blancos, que han logrado poner en el centro de la escena el debate sobre las excepciones edilicias, acusando a la izquierda de conspirar contra la creación de fuentes de trabajo. En un departamento que tiene el segundo mayor índice de desocupación del país, el tema es sensible y amenaza con convertirse en la versión local del “impuesto a la renta”, que en 1999 resultara clave en la derrota del EP-FA en el balotaje.
Ese fue uno de los puntos que se abordaron en una reunión que tuvo lugar el 29 de marzo en Montevideo entre el presidente del FA, Jorge Brovetto, y los candidatos de Maldonado. Brovetto además comprometió el apoyo de la fuerza a nivel central y recalcó la importancia estratégica que el EP-FA confiere al departamento esteño.
BRECHA entrevistó al diputado Darío Pérez (48), quien repite su candidatura a la Intendencia de Maldonado por la izquierda, aunque esta vez acompañado por otros dos candidatos dentro del mismo lema. Pérez, un médico que desde hace diez años es la figura más visible del FA en Maldonado, encabeza
las encuestas junto a De los Santos, en un mano a mano que se ha convertido en un capítulo aparte en estos comicios y levanta pasiones en la interna partidaria.

A continuación, una síntesis de la entrevista.

-¿Cómo se debe enfocar la tarea en una Intendencia donde la enorme mayoría de los funcionarios ha entrado a dedo, hace muchos años que no hay concursos para ingresar o ascender y, además, un porcentaje aplastante de los cuadros de dirección son militantes o dirigentes blancos?
-Quien no viva en Maldonado debe imaginarse esta Intendencia como el más absoluto caos en materia de recursos humanos. Aquí ha reinado la arbitrariedad, el destrato y el no reconocimiento de la carrera funcional para una parte muy importante de los funcionarios. La Intendencia es un cono truncado en el cual la meseta son directores o funcionarios con grados muy altos. El restablecimiento de la estructura piramidal normal se dará cuando se vayan todos los cargos de confianza -que son muchos- y se promueva, inmediatamente, a aquellos a quienes correspondan los ascensos naturales de su carrera funcional. Y también es fundamental el tema de la evaluación. La Intendencia tenía un sistema que casi nunca fue aplicado, y la única vez que se aplicó se hizo mal. Hay que tener dos evaluaciones en el transcurso de un año, y hay que preparar a la gente para que en aquellas cosas en las que se tiene que dar concurso, lo dé previa capacitación en. la Oficina del Servicio Civil.
Hay funcionarios -y nosotros sabemos perfectamente cuáles son- que han ingresado directamente con grados muy altos, y otros con grados bajos pero que al mes o a los dos meses fueron subrogados a otros superiores. Esos son casos puntuales y puntualmente los vamos a tratar, porque si bien han ingresado como funcionarios municipales, en realidad son cargos de confianza encubiertos. Una vez hechas las evaluaciones y concursos,
y suprimidas aquellas subrogaciones que son atentatorias del sentido común, se va a poder hacer la reestructura. Queremos recrear un espíritu que se ha perdido desde hace muchos años y comprometer a los funcionarios municipales a participar en las mejoras. De esa manera y de a poco lograremos reordenar la Intendencia.
-Maldonado es el departamento con mayor número de funcionarios con relación a su población. ¿Mantendrá los 3 mil funcionarios actuales ?
-Me interesa aventar una especie de leyenda que dice que si el Frente llega a la Intendencia de Maldonado los contratados serán echados. Eso es mentira, y estoy hablando por toda la fuerza, no sólo por mí. Es una mentira creada para generar miedo en la gente. Es verdad que queremos reducir el número de funcionarios. Pero es importante que aquellos que no estén en el departamento sepan que así como se mantuvo el número de funcionarios que había, también se tercerizó una cantidad de servicios que antes brindaba la Intendencia. Si tomáramos en cuenta a la gente que está trabajando relacionada con la Intendencia estaríamos hablando de unas 4.500 personas en todo el departamento. Al igual que Montevideo, queremos hacer una política de reducción de funcionarios, pero eso se da en forma natural, tanto por los que se jubilan como por otras formas. También habrá una reducción cuando muchos tengan que volver al lugar original del que salieron por el dedo de la autoridad del departamento, y como ya han “hecho capital”, no les gustará bajar de grado.
Con respecto a las áreas tercerizadas, y por lo menos para nuestro sublema “Cambiemos Maldonado”, la intención es cooperativizar esos servicios. Antía se ha preocupado por concentrar la riqueza en empresas amigas de él, que son unas pocas, y algunas han estado hasta por fuera de la ley. Allí hay funcionarios que trabajan en negro, y con salarios miserables. Nuestra idea es cooperativizar e inclusive utilizar una modalidad que se ha aplicado con éxito en Montevideo, la de dar a algunas ONG determinado tipo de áreas para trabajar con grupos de riesgo en la sociedad.
-Gran parte del país cree que Maldonado es un departamento rico, a pesar de que tiene, por ejemplo, el 18 por ciento de su población viviendo en asentamientos y problemas sociales muy graves. ¿Habrá sensibilidad por parte del Ministerio de Economía?
-No todo pasa por el Ministerio de Economía. Tenemos aquí en Maldonado dificultades de infraestructura en salud, educación y vivienda. Esa es la parte que más duele. Todas esas estructuras están sobrepasadas. Por lo tanto, es en ellas que nos plantearemos una mejor distribución de los recursos. Y reclamaremos con mucha fuerza para un departamento que ha sido una especie de pista previa de ida al exterior. Porque vienen aquí como última instancia, y si aquí ya no pueden hacer nada, se van al exterior. Creo que Uruguay le tiene que reconocer a Maldonado esa situación, y en ese sentido hablaremos con firmeza -no digo ni más alto ni más fuerte- para reclamar al gobierno nacional por la particular situación que aquí se vive, al ser el lugar de afluencia de muchos uruguayos que no tienen trabajo. Es necesario que se sepa que somos “vicecampeones” del desempleo; estamos solamente por debajo de Treinta y Tres. Eso genera toda una situación social que tenemos que continentar.
Cuando uno se pone a mirar otras situaciones del país, como la de Artigas, capaz que nos ponemos colorados de vergüenza si exigimos mucho. Pero la cruda realidad dice que estadísticamente Maldonado precisa ayuda, más allá de que desde la capital se pueda percibir que aquí tiramos manteca al techo.
-Usted tiene su origen político en Asamblea Uruguay, grupo del cual se separó por fuertes discrepancias. ¿ Cómo es su relación hoy con el ministro de Economía, Danilo Astori? A veces las relaciones personales influyen mucho en las institucionales…
-No tengo ninguna dificultad con él, pero tampoco tenemos oportunidad de vernos. Además, somos seres civilizados y no podemos poner de rehén a la población de Maldonado. Supongo que el contador Astori actuará con absoluta justicia con respecto al departamento.
-¿ Cuál es la solución al problema de las excepciones edilicias?
-La solución pasa por dialogar entre toda la sociedad. No existe otra manera que la de sentarnos todos y particularmente con todas las organizaciones relacionadas con la construcción y el turismo. Ver qué Maldonado queremos de aquí a veinte años. Las intervenciones de esta administración han sido muy malas en cuanto al cuidado del ambiente y al respeto de la normativa que ya existía. Por vía de las excepciones se han generado enormes injusticias con otros inversores, con gente que pensó que compraba determinada cosa y al otro día le cambiaron las reglas. Y ahora todo se ha reducido a una campaña electoral con mala intención, llevada adelante por el Partido Nacional, que acusa al Frente de oponerse a las inversiones y al trabajo de la gente. Eso es mentira: a esta administración nunca le importó la estabilidad de los trabajadores, porque si no a través de los pliegos de licitación de las empresas contratadas se podría haber luchado poruña mejora salarial para la gente que anda corriendo tras los camiones de la basura, para quienes barren las calles, para los que trabajaban en la Reserva de Pan de Azúcar y se enfermaron y ni siquiera figuraban en el BPS. También tuvo posibilidades de generar trabajo a través de obra pública pero no quiso o no le importó hacerlo. Lamentablemente, le quedan tres meses o cuatro a esta administración y en ese período todavía puede hacer algunos desastres. Pero una vez que se vayan -porque se van-, esta sociedad podrá encarar el tema de la construcción en Maldonado y proyectos de inversión de una manera totalmente diferente. Muchos inversores con los que hablamos están dispuestos a invertir en Maldonado bajo las condiciones que la sociedad les imponga, porque saben que cambiar radicalmente el ambiente y los valores paisajísticos que tenemos significaría matar a la gallina de los huevos de oro.
-La múltiple candidatura dentro de la izquierda local ha estado marcada por la tensión entre usted y De los Santos…
-Podría decir que hay cierto grado de estrés, sobre todo en una militancia que no se acostumbra a esto de las múltiples candidaturas. Es como tener una piedra en el zapato, que le genera al Frente una serie de dificultades: cómo distribuimos los recursos económicos, cómo hacemos las propuestas. Pero tenemos un programa único, que está bastante aceitado e incorporado por todos los candidatos, aunque puede haber matices.
La múltiple candidatura, no puedo negarlo, genera un grado de estrés. Pero no me interesa debatir para adentro. En las elecciones internas nunca contesté una sola alusión; nuestro trabajo siempre ha sido para afuera, por lo menos el grupo que integro. Nunca nos hemos dedicado a visitar compañeros de otros sectores, porque nos parece que no es la forma. Nuestro sublema ha pactado trabajar para afuera del Frente y que los votantes de esta fuerza decidan a qué candidato apoyan.
-¿Esta división del EP-FA en dos sectores muy fuertes no puede traer dificultades a la hora de gobernar?
-Creo que a esta altura me he ganado por lo menos el beneficio de que me crean que soy franco cuando digo las cosas. Estoy firmemente convencido de que, independientemente de quién llegue, una vez que estemos en el gobierno el Frente encontrará la manera y la forma de gobernar en forma unitaria. Tenemos una estructura mental y de funcionamiento diferente a la de los partidos tradicionales. Sabemos que la Mesa Política del FA no nos dirá dónde tenemos que poner un farol, pero nos dará lineamientos. Hasta ahora, salvo en contadas excepciones en la historia del FA, no he visto que alguien desacate a la Mesa Política. Eso en el sentido estrictamente formal. Pero en el sentido del espíritu que percibo, gobernaremos en forma unitaria y sin todas esas porquerías que hemos visto que se dan en los partidos tradicionales, de chantaje para dar votos a cambio de cargos. El que gana, gana, y tiene que darlas directivas de gobierno. En un caso o en el otro aceptaremos los lineamientos políticos de la Mesa del FA.