Una transición complicada a dos puntas


CON UN DEPARTAMENTO dividido en dos y una izquierda en idéntica situación, el gobierno municipal electo encabezado por Óscar de los Santos comenzó a trabajar en la transición.
No será tarea sencilla. El escenario no es similar al que vivió Tabaré Vázquez cuando asumió el primer gobierno municipal frenteamplista en marzo de 1990. En primer lugar, el nuevo equipo contará para prepararse con un período de apenas dos meses, bastante menor al que tuvo Vázquez y, lo más importante, no tiene detrás suyo una fuerza compacta y disciplinada dispuesta a embarcarse con entusiasmo en la tarea de gobernar. Por eso las energías están repartidas. Por un lado, el equipo que el intendente electo formó para recopilar toda la información de la comuna y a está trabajando de lleno y, por otro, el propio De los Santos está manejando los temas del relacionamiento de la interna.
En una de las primeras reuniones que el ex diputado frenteamplista Enrique Pérez Morad (coordinador y vocero del equipo de transición) tuvo con los jerarcas de la actual administración, les entregó un memorándum requiriendo la mayor información posible en varios temas. Pérez Morad informó a BRECHA en qué consistió ese pedido: “El estado de la Hacienda, la situación de caja y de los créditos solicitados, el monto del endeudamiento municipal y la cobertura presupuestal de las obras que se están realizando en la actualidad y de las que tienen previstas en la proyección de lo que queda de 2005. Además pedimos información detallada sobre el organigrama municipal actual, incluido el personal jerárquico, cargos de confianza, personal contratado y presupuestado en las distintas áreas y direcciones. Solicitamos datos precisos sobre los juicios que tiene pendientes la Intendencia. En un cuarto punto solicitamos el estado de situación del parque automotor, desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo de las unidades. En quinto lugar pedimos información pormenorizada de todas las empresas contratadas, desde las unipersonales a las más complejas. También le pedimos al intendente que no renueve contratos que venzan antes de asumido el próximo gobierno sin consultar al intendente electo “.
Pese a que los actuales jerarcas comprometieron su colaboración, el cambio de administración viene acompañado de incidentes y problemas varios. Por ejemplo, las denuncias sobre ascensos y recontrataciones de apuro a amigos y familiares de directores se acumulan en el escritorio de Pérez Morad. Además, el casi abandono de sus tareas por parte de algunos jerarcas en lugares clave como la dirección de Promoción Social ha paralizado la instrumentación de algunos servicios de primera necesidad, como los refugios de invierno para personas en situación de calle, el pago de las becas a estudiantes de escasos recursos o los programas destinados a los adultos mayores. Todo esto preocupa al equipo de transición, que ayer, jueves, se reunía nuevamente con el secretario general de la comuna, Alvaro Villegas, para revertir en forma urgente este panorama.
A todo esto, la polarización de la campaña electoral generó un escenario difícil al intendente electo tanto hacia afuera como dentro de su propia fuerza. Por un lado, concentró a la oposición en torno al ex intendente Enrique Antía, un dato no menor que le reduce a De los Santos el margen de maniobra. El Partido Nacional (PN), que tuvo similares problemas en su interna a los que tiene hoy el EP-FA, siempre contó con los ediles colorados cuando los suyos se ponían rebeldes. Eso no será posible hoy ya que los colorados directamente quedaron fuera de la Junta Departamental. Además, la abrumadora mayoría que logró Antía en su partido le permite pararse con mucha fuerza en la cancha. No es, de ninguna manera, una oposición débil.
Por eso las dificultades internas del EP-FA se potencian, ya que un solo edil desalineado puede convertir cada diferencia en un problema político. De los Santos está aprendiendo un axioma que los blancos conocieron a la perfección en el último lustro: la triple candidatura sirve para ganar pero se convierte en un dolor de cabeza a la hora de gobernar. De los 16 ediles que integrarán la bancada de gobierno, ocho apoyaron al intendente electo (aunque sólo cinco pertenecen a su propio sector), siete acompañaron a Darío Pérez y el restante integra las filas de Ricardo Alcorta. Si bien la Vertiente Artiguista y el MPP, que acompañaran a Darío Pérez, están decididos a apoyar sin fisuras al gobierno del EP-FA (el PS se debate en una dura puja interna), a Pérez aún le quedan cinco ediles y una considerable cuota de poder en la estructura frenteamplista.
Pérez aseguró a BRECHA que él está “al pie del cañón esperando los movimientos del intendente electo para acompasar el paso, que es la cortesía que corresponde”, y agregó que “no le vamos a poner palos en las ruedas, no le vamos a complicar en lo más mínimo su gestión, y no le vamos a pedir nada “. Pero cuando se le pregunta si va a integrar el gabinete municipal (asunto clave a la hora de comprometerse con la administración), diplomáticamente contesta que “todo aquel ofrecimiento que puede haber hacia Cabildo va a ser discutido en el interior de la fuerza “.
Lo cierto es que las diferencias en cuanto a la integración del equipo de transición ya mostraron las primeras fricciones entre los máximos dirigentes de la izquierda local. Las esperanzas de que la culminación de la campaña significara también el final del enfrentamiento interno están diluyéndose. De los Santos tiene una tarea complicada, porque necesita reafirmar su autoridad como jefe del gobierno, y por otra parte debe contar con toda su fuerza política para poder llevar adelante su administración. La conformación del gabinete municipal, sobre el cual se mantiene un cerrado hermetismo, será una prueba fundamental en esa difícil tarea.