Un avance ganado a pulso


El primer año en democracia, 1985, fue para la gente de izquierda de Maldonado el reencuentro luego de la pesadilla y un reposicionarse en la vida comunitaria. Pero para toda una nueva generación de militantes, crecidos en las escuelas y los liceos de la dictadura y formados políticamente en la última etapa de lucha, fue el momento de descubrir un mundo desconocido –la democracia- donde todo estaba para hacer.

“Durante la resistencia teníamos esperanza y miedo”  recuerda el escritor Daniel Urrutia, quien luego de estudiar en Montevideo, donde se afilió primero a la FEUU y luego al Partido Comunista, volvió en 1983 a su San Carlos natal. “No me refiero a miedo a lo que te podía pasar, sino miedo a la oscuridad, a que todo siguiera igual. Pero cuando llega el 84, el 85, desaparece ese miedo, y ya todo es esperanza. Y eso te lleva a que todas las acciones de tu vida pasen por la militancia. El día que me casé, el 12 de agosto de 1984, hubo una cantidad de gurisada en el festejo, y de ahí salimos directamente, en caravana, al local del FA, porque se inauguraba el primer comité de base de San Carlos. Había una efervescencia bárbara.”

Sin embargo, eso no quiere decir que fuera sencillo militar, y que todo el mundo mirara con tolerancia a los vecinos e ideas proscriptos durante tanto tiempo. Una muestra de ello es lo ocurrido en el año 1985 en el club Atenas, una de las instituciones con más arraigo en la ciudad, cuando se cumplieron los diez años de la muerte de José “Pepe” Frade, el histórico líder de la izquierda de San Carlos. La Liga Departamental de Fútbol, en consideración a ese aniversario, le regaló a Atenas un busto de Frade, que había sido fundador y uno de los más importantes dirigentes del club. Pero entonces se empieza a dar una discusión porque una parte importante de la masa social se oponía a que el busto se pusiera en la sede. Hasta empezaron a levantar firmas en contra. Después de estar dos meses debatiéndose en la calle, hay una asamblea multitudinaria para decidir el punto. El presidente propone una solución salomónica, y coloca el busto del Pepe fuera, frente a la sede, en el cantero que está en el medio de la calle. Quedó gente molesta de los dos lados, y hubo muchos que dijeron “si no dejan entrar al Pepe, yo tampoco voy más”, y efectivamente dejaron de ir hasta el día de hoy.

Carlos Etcheverry, hoy edil departamental del Partido Socialista, quien en ese año jugaba al fútbol en la primera de Atlético Fernandino y a la vez militaba en la juventud de su partido, no ha olvidado esa situación ambigua, de tolerancia pero hasta ahí nomás. En el club no era mirado con buenos ojos. Y en los partidos su propia hinchada le gritaba “¡dale comunista!”, sin que todavía hoy tenga muy claro si era un apoyo o un insulto. Recuerda también que las agresiones, aunque ya no eran de importancia (sobre todo eran de palabra), tampoco eran raras. Algo con lo que coincide José Enrique Fernández, quien además rememora cómo los padres de algunos compañeros no los dejaban ir a su casa, porque hacía cosas terribles como levantar firmas para Fucvam. “¿Cómo vamos a dejar que anden con esos subversivos?”, cuenta que decían los padres de sus amigos. Fernández enfocó en principio su inquietud social a través de la Pastoral Juvenil y luego en la militancia sindical. También se afilió al Partido por la Victoria del Pueblo, del cual hoy es dirigente local. En 1985, en un pueblo que conocía comunistas, socialistas, tupamaros y poca cosa más, eso de pertenecer al PVP era mirado casi como una extravagancia hasta por muchos de sus propios compañeros de ruta.

Veinte años después, la situación es diferente, tan diferente que el Frente Amplio llegó al gobierno, por cierto mucho antes de los que creían todos. Para Etcheverry, también la propia izquierda ha cambiado. “Hoy vemos la cosa con mucho más pragmatismo: van a seguir habiendo yates en Punta del Este y vamos a seguir viviendo del turismo”. Pero hay coincidencia en que muchos ámbitos antes espinosos para la gente de izquierda del interior, como el del trabajo, hoy es todo más sencillo. Para Daniel Urrutia “ya no es tan complicado en cuanto a la inserción laboral; en el clima de trabajo;  ya no se hace una doble lectura de todas tus opiniones como se solía hacer aunque estuvieran vinculadas estrictamente a temas de trabajo. En ese sentido hoy es claramente más fácil. Tampoco creo que sea absolutamente neutra la cosa, pero se debe parecer bastante a la de cualquier realidad. Quiero decir, supongo que también estas cosas pasaron antes entre blancos y colorados, por ejemplo”.

José Enrique Fernández  por su parte puntualiza que “el trayecto personal que has tenido, durante estos veinte años, sin esconderte, hace que haya por parte de la gente una aceptación distinta. Hay un respeto por esa trayectoria. En el interior sigue siendo difícil ser dirigente de cualquier sindicato, pero por circunstancias distintas. El hecho de que nuestra fuerza política sea gobierno hoy te agrega nuevos desafíos. A nivel de la población uno se ha ganado un respeto y un lugar. La gente sabe lo que piensas. Claro que lo difícil es ser coherente con lo que has venido planteando hace mucho tiempo y que no se arregló porque haya ganado Tabaré el gobierno”.

Sergio Casanova, quien hace veinte años integrara la Comisión Nacional Programática (Conapro) en nombre de los estudiantes secundarios y además la dirección local de la Unión de la Juventud Comunista, agrega que en su opinión se ha ganado a todos los niveles. “En Maldonado hemos logrado entrar en el conjunto de la sociedad, pero hoy las dificultades las tenemos en cambio en la interna. Debemos aprender a manejar las diferencias sin que se conviertan en catastróficas. En mi trabajo tengo contacto con inversores de la construcción muy poderosos, pero incluso durante la campaña electoral podía conversar con ellos de temas candentes desde mi posición de izquierda sin que eso fuera un problema. También esos sectores se han dado cuenta de que tienen que sentarse a discutir con la izquierda, lo que hace que el contacto sea diferente al del 85.Si, la situación ha cambiado” finalizó.