El modelo progresista en el departamento de Maldonado / Temporada cambiante


El modelo progresista en el departamento de Maldonado

Temporada cambiante

Un verano más en Punta del Este. Sin embargo éste es diferente. Ahora es el Frente Amplio quien gobierna Maldonado, un departamento muy importante para la economía del país, y la nueva administración quiere demostrar que es capaz de hacerse cargo de su balneario más exclusivo sin que los viejos prejuicios le muevan el gorro.

Mucha agua ha pasado debajo del puente desde que aquella izquierda cantara en la voz de Numa Moraes aquello de “el puntaesteño marica”. El propio Ministro Danilo Astori, remarcó el martes 10 en el acto inaugural del Salón Inmobiliario Punta del Este 2006 realizado en el hotel Conrad, el peso que el turismo tiene en la economía del país y el papel que le asigna el gobierno. “A veces los uruguayos no lo recordamos pero el turismo y los servicios constituyen el primer rubro de exportación del Uruguay. En estos momentos está por encima de la carne. Para tener una idea, en el 2005, por concepto de carne, Uruguay exportó unos U$S 800 millones. En tanto por el turismo y los servicios vamos a llegar a los U$S 1.000 millones. A veces se dice que el Uruguay tiene en estos momentos un déficit comercial: no es verdad. No tiene déficit comercial y no lo tiene gracias al turismo y a los servicios porque si se computan las ventas de estos dos factores Uruguay está exportando bastante más que lo que importa” dijo Astori.

Este cambio de actitud está siendo de a poco asumido por todo el gobierno. Un ejemplo simbólico es lo ocurrido con la casa presidencial ubicada en la Avenida Roosevelt de Punta del Este, que en principio se había informado sería utilizada como paseo para niños de escuelas públicas. El anuncio fue recibido con simpatía en todo el país pero en este departamento no cayó muy bien. Aquí desde siempre se considera la mansión presidencial como un lugar de trabajo y no de vacaciones, porque las estancias de los primeros mandatarios en la zona –por lo menos eso se cree en Maldonado-  tienen la función de enviar señales dentro y fuera de fronteras del interés que el país tiene en el desarrollo de Punta del Este. Y esto parece haber sido asumido finalmente por Tabaré Vázquez, que comprendiendo que el turismo es una industria basada en la imagen, ha venido ya un par de veces y hasta aprovechó para embarcarse y practicar una de sus aficiones preferidas, la pesca, rodeado de una conveniente nube de fotógrafos y cámaras de televisión.

Pero la administración de este departamento donde se generan tantos recursos no es cosa fácil. A los viejos y nuevos problemas, a las contradicciones entre los dos universos que conviven a pocos metros uno del otro –los cantegriles más grandes del país y las mansiones más fastuosas- se suma la inexperiencia de los nuevos gobernantes que protagonizan un cambio político inédito en la historia local. Aunque se esté aprendiendo sobre la marcha, no se pueden cometer errores en la consolidación y el desarrollo del turismo, que es la industria de la cual depende la suerte y el bienestar de los habitantes de Maldonado. Hay que enfrentar la situación de crisis social y los agudos problemas de marginalidad. Hay que promover la inversión pero sin caer en la trampa –tentación de todo gobierno- de conseguir abundancia para hoy y hambre para mañana; es decir que hay que rechazar algunos millonarios proyectos para hacer realidad aquello de “desarrollo sustentable”. Y además de todo eso, hay que acompañar el plan del gobierno nacional y hacer realidad la promesa electoral: cambiar el departamento demostrando que la izquierda tiene un proyecto propio para Maldonado.

BLANCO Y NEGRO. La situación actual es contradictoria, y eso hace que aún las visiones más antagónicas tengan algo de razón en sus planteamientos. El gobierno departamental está aislado y demuestra dificultades políticas preocupantes. La preparación de Punta del Este para la temporada ha sido claramente insuficiente. Una serie de medidas –desde el cambio de los refugios de las paradas de ómnibus hasta la construcción de las casetas de los guardavidas- han concitado la unanimidad de las críticas. Los problemas de seguridad pública trascienden fronteras, y son el pan de cada día en los programas de radio más escuchados, que reciben las quejas de la gente y trasmiten una visión muy crítica del accionar del gobierno.

Sin embargo tan real como lo anterior es que hay señales importantes que muestran que las cosas no están caminando mal en cuestiones claves para el departamento. Empezando por la inversión, que no sólo no se ha detenido, como advertían los blancos durante la campaña electoral, sino que ha crecido en forma notable. Punta del Este está llena de obras en construcción, estimándose el flujo de dinero que circula actualmente por ese rubro en unos 500 millones de dólares y la ocupación en unos 20 mil puestos de trabajo directos o indirectos. Pero lo más interesante es que se han tramitado ante la intendencia más permisos de obra que durante el recordado boom edilicio de 1979, lo que demuestra la solidez de la confianza del mercado hacia el futuro. Claro que esos permisos no se transformarán en su totalidad en obras, pero aún cuando el porcentaje de concreción de esos 830 mil metros cuadrados tramitados sea menor al histórico, está garantizado un movimiento económico para los próximos dos años muy tranquilizador. Hay además, algunos megaproyectos, el principal de ellos el del publicitado puerto deportivo en Piedras del Chileno que significaría una inversión de 250 millones de dólares. Los preocupantes antecedentes de algunos de los promotores de este emprendimiento (ver recuadro) no son una excepción sino un ejemplo típico de una particularidad de su crecimiento que ha sido parte esencial de la historia de Punta del Este.

En cuanto a la temporada veraniega, se está repitiendo lo de todos los años. Las cifras contradictorias muestran resultados desparejos, y cada uno cuenta la feria según le va en ella. Aunque han entrado más turistas, el mercado inmobiliario ha bajado un 10% con respecto al año anterior, y los empresarios del sector en su mayoría responsabilizan de esta situación al precio del dólar, que hace al Uruguay muy caro para los argentinos. Sin embargo los hoteles han trabajado mejor que el año pasado, igual que los grandes supermercados o el Punta Shopping. El hotel Conrad ha vendido U$S 7 millones diarios en fichas, un resultado extraordinario, y los restantes casinos también están recaudando en forma histórica. En realidad es aún muy temprano para hacer pronósticos, y la falta de herramientas objetivas de medición hace que la evaluación técnica deje paso a las quejas de los que no están conformes y al silencio de los que les va bien pero no quieren levantar la perdiz por si las moscas. La reciente concreción de un acuerdo entre la Intendencia y la Organización Mundial del Turismo para la implementación de la esperada Cuenta Satélite de Turismo cambiará las cosas, pero aún habrá que esperar un par de años para que entre en funcionamiento.

MUCHO DINERO. El jueves 5 de enero, el Intendente Oscar de los Santos presentó en la Junta Departamental su proyecto de Presupuesto Quinquenal, que asciende a unos 250 millones de dólares. Este proyecto, sobre el que se basará toda la gestión del gobierno, ha sido discutido ampliamente en asambleas con la participación de diferentes actores sociales. El presupuesto, según aclaró el propio De los Santos a BRECHA, se basa en dos grandes pilares. “En primer lugar, enfrentar la situación de déficit. Lograremos por primera vez en 20 años detener el crecimiento endémico del déficit, y reducirlo a la mitad. Ese es un objetivo estratégico. En segundo término, la reestructura municipal nos va a permitir un ahorro que nosotros estimamos en los 6 millones de dólares anuales, que junto con la incorporación de contribuyentes gracias al plan de refinanciación que hicimos, estimamos que nos va a dar, en total, un excedente de unos 12 millones de dólares anuales para inversión en obras, servicios, y políticas sociales” señaló De los Santos. “Reordenamos el gasto público y esos 12 millones de dólares anuales lo orientamos hacia las políticas sociales, de desarrollo y de integración social en lo que tiene que ver con los sectores que están más marginados y más lejos de la capital: en tierras materiales y servicios para la autoconstrucción de viviendas -en el orden de los 3 millones de dólares anuales-; en convenios con el INAU y con  el Ministerio del Interior para trabajar con los presos; en salud; en jornales solidarios que ahora van a  estar dirigidos  a programas específicos de capacitación de gente… Hay una serie de acciones y programas allí definidos que significan que más del 55% del presupuesto se gastará en políticas sociales, en cultura y en deporte. Metemos estas tres áreas en el mismo paquete porque son parte inseparable de las redes que generaremos para restablecer los lazos en la sociedad civil. Hay lugares donde la cultura y el deporte van a estar en el mismo nivel que la canasta de alimentos, para que la gente no sólo se alimente mientras no tiene trabajo. También logramos corregir un acto de injusticia: buena parte del costo de la inversión del año pasado se hizo a costilla de los trabajadores y nosotros vamos a estar en el quinquenio devolviendo a los trabajadores y por encima del IPC, unos 11 millones de dólares” señaló el Intendente de Maldonado.

Las primeras señales de la oposición han sido de rechazo, y advirtiendo que aún no han estudiado a fondo el proyecto, los blancos ya anunciaron que encuentran allí “disparates”. Así lo declaró el coordinador de bancada del Partido Nacional Jorge Casaretto al matutino Diario Correo de Punta del Este, agregando una serie de críticas y denunciando incrementos de sueldo para directores por encima del que se le da al resto de los funcionarios. Sin embargo, fuentes de la intendencia consultadas por BRECHA señalaron que ese aumento no está en ningún lado del presupuesto ya que lo que allí se contempla es el aumento del IPC para todos por igual, y a partir de los dos años un aumento del 1,5% por encima del IPC, también general. Y recordaron que los sueldos son los que aprobaron los propios ediles blancos, como marca la constitución, antes de las elecciones. La situación no hace más que repetir el diálogo de sordos entre gobierno y oposición que ha sido una constante desde que asumió la actual administración. Y muestra una de las debilidades del gobierno, su incapacidad para evitar el aislamiento político. Sin embargo, el Intendente rechaza que eso sea responsabilidad de la actual administración. “El gobierno está aislado porque llevamos adelante una reestructura debido a que el Partido Nacional tenía una serie de dirigentes de confianza que no se querían ir de la Intendencia. Nosotros llegamos para cambiar un modelo. Y no se puede cambiar un modelo construyendo las bases de las transformaciones con amplios consensos políticos. La interpartidaria fracasó porque el Partido Nacional operó para que fracasara. Un episodio en la Junta Departamental hizo que el Partido Colorado se retirara también… Pero si quiero discutir políticas de estado, me tengo que reunir con mis amigos y mis adversarios. Y me tengo que bancar que tengo visiones distintas de los hechos históricos”. De los Santos va más allá en el análisis de las causas del enfrentamiento. “Hay un aislamiento del gobierno porque estamos frenando las acciones de un modelo que se fue. No podemos llevar adelante las transformaciones creyendo que el partido que pierde privilegios para muchos de sus actores va a venir a aplaudirnos. Estamos enfrentando un modelo que ya derrotamos en las urnas. Ahora tenemos que transformarlo, porque si no estaríamos repitiendo el modelo, no de convivencia sino de connivencia entre actores que tienen modelos distintos. El Partido Nacional está rechinando porque perdió espacios de poder económico en un lugar estratégico. Aún así, el gobierno está dispuesto a tender puentes y a establecer el diálogo. Pero todavía no hemos escuchado las propuestas del Partido Nacional” señala.

EL FUTURO. El Intendente de Maldonado plantea que la filosofía de su gobierno está dirigida a achicar la brecha social e integrar a la sociedad a los excluidos. “Los dos grandes riesgos de nuestro departamento son que terminemos matando la gallina de los huevos de oro por el impacto ambiental, y que la pobreza y la exclusión social, transformen a Maldonado en el Río de Janeiro del Uruguay. El problema es que venimos con un lastre muy pesado. Maldonado es uno de los departamentos que ha sufrido y que va a sufrir más migración interna en los próximos 15 años. Y ese ciudadano que vino no sólo perdió su techo: mucha gente perdió todos los vínculos que tenía, hasta los morales y éticos, y se siente en un lugar donde no tiene que rendir cuentas a nadie. Hay que volver a generar esos lazos. Esa es parte de la estrategia que tenemos, y su resultado nos va a decir si avanzamos o fracasamos. Si no armonizamos la inversión con el desarrollo social y ambiental no hay modelo sustentable. Peleamos para llegar a esto y para cambiarlo. El riesgo es que no nos demos cuenta del problema, y prime más el concepto de corporación de vecinos, trabajadores o empresarios, por encima del interés general. Para decirlo de otra forma: ni cambiará nada ni será un gobierno de izquierda si logramos que crezca la inversión (que es algo que está sucediendo) pero no logramos que aquellos sectores que tienen mejores posibilidades contribuyan más para lograr atender las necesidades básicas insatisfechas de aquellos sectores que están hoy excluidos.”