Maldonado mira las internas pensando en el 2005


Con 154 listas, Maldonado se ubicó tercero en el ránking electoral nacional, luego de Montevideo y Canelones. El dato refleja una realidad, y es que las internas en este departamento tienen toda la intensidad que le falta a la contienda nacional. A diferencia de lo que ocurre en la capital del país, aquí el premio que buscan los apostadores no se alcanza en octubre, sino en mayo del año que viene.

Para preocupación de los dirigentes nacionales, tanto en los partidos tradicionales como en la izquierda, la contienda departamental se ha convertido en el verdadero centro de la campaña en Maldonado, dejando en un lejano segundo plano las definiciones de las precandidaturas presidenciales y de las listas nacionales. Los acuerdos políticos en el EP-FA y las agrupaciones de blancos y colorados se organizan con el objetivo de lograr las precandidaturas a la intendencia, a pesar de que resta aun un año para las elecciones municipales.

LOS BLANCOS. Esta situación es especialmente aguda en el Partido Nacional. Para sus dirigentes, el partido que más importa se juega el año que viene. Desde setiembre las principales empresas encuestadoras dan vencedor al EP-FA en este departamento. Después de estar en el gobierno durante tres lustros, la estructura partidaria nacionalista está tan ligada al aparato municipal que la posibilidad de ser desalojados del poder adquiere la magnitud potencial de una catástrofe. Ante la hipótesis de un triunfo de Tabaré Vázquez en octubre, algunos dirigentes nacionalistas consultados por BRECHA se mostraron más preocupados por su repercusión en las elecciones departamentales de mayo del 2005 que por el hecho en sí del cambio histórico en el país. No es casualidad entonces que pongan toda la carne en el asador municipal. Además, si bien la falta de encuestas creíbles impiden tener datos confiables de la magnitud de la ventaja del EP-FA sobre los blancos, también es cierto que al no haber balotaje en las municipales, para la izquierda la tarea es más sencilla: lo que necesita es ganar aunque sea por un voto. Los porcentajes son intrascendentes, ya que la constitución le adjudica automáticamente al vencedor 16 ediles sobre 31, sea cual sea el resultado final.

Treinta y tres son las listas nacionalistas que buscan marcar su perfil para después tener votos en la convención departamental. Y no hay que olvidar que un muy peculiar acuerdo de todo el partido en la convención de esa fuerza surgida de las internas del 99 fue lo que allanó el camino a la victoria blanca del 2000. Los diferentes sectores nacionalistas se prestaron delegados unos a otros de tal manera que forzaron un empate entre los tres precandidatos más votados en las internas. Con la ayuda de una polémica interpretación de la Corte Electoral que dio validez legal a esta estrategia, Maldonado fue el único departamento del país donde un partido fue con tres candidatos a la intendencia en vez los dos aceptados hasta entonces como parte de las nuevas reglas de juego. Esta situación resultó determinante para que a la postre Enrique Antía ganara las elecciones. En el acuerdo tejido en esa convención resultó fundamental la negociación con los pequeños caudillos que no respondían directamente a ninguno de los principales líderes departamentales, y que habían sacado uno o dos delegados. Esa también es una de las causas de la abundancia de listas, y explica por qué hay 33 papeletas departamentales y solamente 21 nacionales. Esta vez, del trío de candidatos nacionalistas de la campaña del 2000, quedan solamente dos, ya que uno de ellos se mudó de vecindario: Ricardo Alcorta esta vez es precandidato por el Nuevo Espacio (EP-FA-NM). Los dos candidatos que quedaron en el partido, Enrique Antía y Ambrosio Rodríguez, son nuevamente quienes tienen más probabilidades de ser los candidatos a la comuna.

En cuanto a las nacionales, no es sencillo prever un resultado. El herrerismo quedó debilitado luego que el intendente Enrique Antía, acompañando a Gallinal, se alineara con Jorge Larrañaga y llevara consigo parte importante de la nueva generación local de dirigentes nacionalistas. Estos son los que hoy tienen más presencia mediática y hacen el mayor despliegue en actos, locales y cartelería.

Por otra parte Lacalle tiene aún muchas figuras locales, un arraigo muy sólido en determinados sectores, y algo fundamental: un espectro más amplio que el del sector larrañaguista. Uno de sus principales dirigentes es el ya mencionado Ambrosio Rodríguez, el único diputado nacionalista de Maldonado, uno de los últimos políticos de la generación anterior al golpe que se mantienen en actividad en Maldonado. En el otro extremo, encabezando la lista 71 está el edil Alfredo Lara, que en los últimos años ha mantenido un durísimo enfrentamiento personal con el Intendente Antía y le ha creado serios problemas en la Junta Departamental. Sin embargo el lacallismo cuenta también con su cuota parte en la estructura municipal, con dos directores generales –uno de ellos en Promoción Social, uno de los puestos claves de la intendencia- y un número importante de mandos medios, que muchas veces son los que cortan el bacalao. En resumen, el herrerismo en Maldonado es a la vez oficialismo y oposición, además de contar con un aparato partidario del que carece la gente de Larrañaga. Los sectores afines al precandidato sanducero, que hasta hace un par de semanas creían tener ganada la partida, ya no la ven tan clara.

Aunque aun resta mucho por ver, está claro que la competencia entre los blancos va a ser pareja. Y al igual que lo que ocurre a nivel nacional, esta situación favorece el desempeño del partido en su conjunto.

LA IZQUIERDA. Por su parte el Encuentro Progresista – Frente Amplio- Nueva Mayoría, también cuenta con una oferta electoral variada en medio de un fuerte enfrentamiento interno.

Quien ha sido el caudillo incuestionable de la izquierda en los últimos años y candidato único en el 2000, el diputado Darío Pérez, encabeza una precandidatura a la intendencia en un sublema que incluye al Partido Socialista, la Vertiente Artiguista y el 26 de Marzo. Pero esta vez encuentra frente a sí otro acuerdo que pone en peligro su hegemonía. Éste incluye al MPP, la Alianza Progresista, la Unión Frenteamplista, Asamblea Uruguay, la Corriente Popular y la CUF, y si bien no llevan un sólo precandidato común a la intendencia, tienen dos aspirantes de peso (el Presidente de la Junta de San Carlos Carlos Núñez y el edil Oscar de los Santos) y figuras muy importantes como el diputado Enrique Pérez Morad. Aunque no han querido formalizarlo, es muy probable que quien tenga la mejor votación sea el candidato a la intendencia por el sublema.

Del análisis de las votaciones de la izquierda de los últimos años, se concluye que estos dos bloques tienen en principio similar potencial, lo que podría ser una solución a la situación planteada por la dualidad electoral de Darío Pérez: concita fervorosas adhesiones a la vez que mantiene un índice alto de rechazo. La personalidad polémica y peleadora del diputado lo ha llevado a enfrentamientos personales con Enrique Antía y varios jerarcas nacionalistas, pero también con otros frenteamplistas, entre ellos con quien saliera diputado en 1999 en su propia lista, Enrique Pérez Morad. Una situación complicada, que la Mesa Política Departamental del FA intentó resolver sin éxito hace ya unos años (Darío Pérez no aceptó discutir sobre el tema señalando que las cuestiones personales no eran competencia de la Mesa Política).

La formalización de un segundo polo frenteamplista con posibilidades reales es entonces una amenaza cierta al predominio del diputado pero quizás solucione evite el escape de votos que pueden resultar cruciales. Todavía está presente lo sucedido en las elecciones pasadas: en octubre de 1999, cuando la elección a diputados era todos contra todos, Pérez salió primero (con la tercera parte de los votos de la izquierda) y el Encuentro Progresista ganó las elecciones en Maldonado. Seis meses después, en las municipales, ya con Darío Pérez candidato único a la Intendencia, tres mil votos se fugaron y se perdió la intendencia por aproximadamente esa diferencia. Todavía se sigue discutiendo si eso hubiera pasado de tener un segundo candidato que recogiera los votos de quienes no querían votar a Pérez. Es difícil determinarlo, y seguramente hubo otros muchos factores que expliquen esa fuga, pero es un elemento que está todavía sobre la mesa.

El panorama de precandidatos en el EP-FA-NM se completa con Manuel Quinteiro, quien es propuesto por la lista 738738 (uno de los dos sectores en que se dividió la lista 738), y el ex director nacionalista Ricardo Alcorta propuesto por el Nuevo Espacio.

LOS COLORADOS. El Partido Colorado está en una situación realmente difícil. No ha logrado recuperarse de la crisis vivida en los últimos años, y la renuncia a la precandidatura a la Intendencia de sus dos principales dirigentes no hizo otra cosa que confirmar que sus posibilidades electorales son muy bajas. Benito Stern, el dirigente colorado más votado desde el fin de la dictadura, anunció a fines del año pasado su candidatura a la cámara de diputados y no a la Intendencia. Esta decisión sorprendió a todo el mundo, y en primer lugar al diputado de su sector Alejo Fernández Chávez (actual subsecretario del Interior), que ya contaba con su reelección a la cámara. Wilson Sanabria también anunció que tampoco será candidato a la Intendencia. De todas maneras ambos siguen liderando sus sectores, y en estas internas, con un Partido Colorado tercero tanto a nivel nacional como departamental, una mala votación puede significar la virtual desaparición de la escena política.

En el armado de listas y de agrupaciones, Sanabria demuestra una vez más una gran  habilidad en la articulación de acuerdos. En lo departamental lleva casi el doble de listas que Benito, y consigue el apoyo de más dirigentes de peso. Sin embargo, no es la primera vez que se da esta situación, y aun así no consigue –no lo ha conseguido nunca- ganarle a Stern. Como explicaba a BRECHA un ex edil colorado de Stern, Wilson Sanabria “gana en la liga lo que pierde por goleada en la cancha”.  De hecho, Sanabria nunca ha salido senador con votos propios, sino que integraba las listas como suplente de dirigentes que luego asumían ministerios, ocupando su lugar. Esta vez no se avizoran ministerios en el horizonte para el Partido Colorado, y tampoco la cantidad de escaños que tiene hoy en la cámara alta, por lo cual este dirigente es uno de los más amenazados por la debacle colorada.

Por su parte la 15, que históricamente ha sido minoritaria en Maldonado, tiene como principal figura en sus listas a quien fuera Presidente del Iname, Martín Marzano. Tuvo una excelente votación en el 99 –no salió diputado por 16 votos- y es uno de los dirigentes con más futuro que la 15 tenía de reserva en Maldonado. Encabeza varias listas, pero su situación hoy no es tan halagüeña como 5 años atrás. El desprestigio del Presidente Jorge Batlle es un pesado lastre con que cargar.

El ambiente general entre los colorados es pesimista. En estas internas, y  a la espera de una renovación que no termina de concretarse, los colorados aspiran a aguantar el chaparrón a la espera de tiempos mejores.