Una bola de nieve imparable / Déficit municipal en Maldonado


La Rendición de Cuentas del año 2003 presentada por la Intendencia Municipal de Maldonado a la Junta Departamental expuso a la luz pública un déficit de 400 millones de pesos en las cuentas comunales y puso una nota de incertidumbre sobre la situación financiera que heredará la administración que asuma funciones el año que viene. El tema tomó notoriedad luego que Cabildo 1813, el grupo frenteamplista liderado por el diputado Darío Pérez, hiciera público un documento denunciando el problema. 

La rendición de cuentas que hizo visible el agujero negro financiero fue presentada por la intendencia al deliberativo comunal el 29 de junio, 24 horas antes del vencimiento del plazo legal, de manera de evitar que fuera utilizada por la oposición en la campaña electoral finalizada apenas dos días antes.

LA HISTORIA. La Intendencia de Maldonado recauda prácticamente la totalidad de su presupuesto en los meses de enero y febrero, y ese dinero lo administra para cubrir los gastos durante todo el año. En el 2002 tuvo un déficit de 170 millones de pesos, (unos dos meses de presupuesto) a los cuales se agregaron el año siguiente otros 230 millones de pesos, acumulando al 31 de diciembre último unos 400 millones de pesos de déficit que no se sabe como serán cubiertos. Según las proyecciones, la nueva administración que asuma a mediados del 2005 recibirá una intendencia sin dinero en caja y sin posibilidad de recaudación por los siguientes seis meses lo que preocupa a la principal fuerza opositora del departamento, el Encuentro Progresista.

BRECHA entrevistó al Contador Oscar Torielli, Coordinador de la Comisión de Programa del FA de Maldonado y uno de los expertos de la coalición en temas financieros comunales, quien historió la situación que se vive hoy. “Al final del 2002 –señaló el técnico- el déficit de dos meses del presupuesto total de la intendencia podía explicarse por cuanto fue un año duro durante el cual hubo un montón de problemas”. Ese año, los recursos se terminaron en octubre, y los dos meses siguientes “se financiaron postergando el pago a proveedores y a empresas del estado hasta enero de 2003, más un préstamo de 30 millones de pesos concedido por el Banco República. También se tomaron ciertas medidas, entre las cuales se bajó el sueldo de los funcionarios y se supone que así se ajustó la estructura a la disminución de los ingresos” recuerda Torielli. Sin embargo, una vez canceladas las deudas a principios del 2003, el dinero que quedaba en caja apenas alcanzó hasta agosto. Hubo entonces que recurrir a otro préstamo con el mismo banco, esta vez por 120 millones de pesos, con vencimiento en enero del 2004. Al día de hoy esta deuda no ha sido cancelada, y las proyecciones demuestran que aún sin tomar en cuenta este pasivo, los recursos nuevamente llegarán solamente hasta octubre. El documento de Cabildo 1813 lo plantea muy claramente: “(…) De seguir con la misma propensión a gastar por encima de los recursos, en el 2004 se agregarán dos meses más de presupuesto al déficit acumulado.  Por lo tanto los gastos del segundo semestre se deberían financiar íntegramente con préstamos y deudas a pagar con la recaudación de enero de 2005. (…) Con los recursos del 2005, primero se deberán pagar los seis meses del déficit anterior y con lo que queda en el mejor de los casos se llega al 30/6/05. (…) El próximo gobierno municipal va a asumir con cero peso en la caja y con un semestre por delante en el que prácticamente no hay recaudación”.

El documento señala además que esas proyecciones pueden variar negativamente, ya que se han hecho suponiendo que se va a seguir gastando al mismo ritmo que en los dos últimos años. Pero al ser el 2004 y el 2005 años electorales, “es lógico prever que los gastos e inversiones se van a disparar y que por lo tanto, el panorama financiero que asuma el próximo intendente va a ser mucho más oscuro. No sólo va heredar las arcas vacías, sino que también va heredar múltiples deudas.”

La intendencia salió al cruce de las críticas a través de su Secretario General, Álvaro Villegas, quien declaró que la denuncia de Cabildo 1813 “revela un apego propio del neoliberalismo al déficit cero aún a costa de sacrificar la inversión social y las obras” (Diario Correo, 19/VII/2004). El jerarca soslayó que no se trata un déficit de un 2 o 3% sino de un 30% del presupuesto anual, y no explicó cuales serán los mecanismos a los cuales recurrirá la comuna para solucionar el problema. Por su parte el presidente de ADEOM  Néstor Rega contradijo las afirmaciones de Villegas al señalar a BRECHA que “no se constatan inversiones que puedan justificar esos gastos”.

NEGRO FUTURO.

Oscar Torielli no sabe qué hará la intendencia cuando se le entregue el mando a la nueva administración con cero peso en la caja. “El que llega, ¿con qué paga los sueldos en los seis meses siguientes?” se preguntóLa respuesta no es sencilla. El camino de los préstamos se hace cada vez más difícil. Hace dos años, luego de un duro proceso de discusión en la Junta Departamental, los blancos y colorados votaron un aval para que el ejecutivo solicitara un préstamo de 14 millones de dólares. Una vez conseguida la autorización legislativa, la Intendencia pudo realizar la licitación pero con magro resultado, ya que no se presentó un solo banco interesado. Obtuvo al año siguiente un préstamo mucho menor (la cuarta parte de aquel) pero su cancelación ya tiene seis meses de atraso, por lo que no resultará sencillo conseguir uno nuevo.

Por otro lado, repetir una  reducción de salarios como la que se hizo en el 2002 no sólo es políticamente inviable sino además insuficiente.

Para explicar la dinámica de la situación, Torielli acude a un ejemplo: “Es como si fuera una empresa que tiene la suerte de obtener los ingresos de todo el año en el primer mes. Se tiene que administrar para poder llegar hasta fin de año con ese dinero. Si el primer año no llega y se tiene que endeudar para no cerrar, el segundo año hay que retocar algo porque si no es una bola de nieve que va aumentando y es imparable”. En el caso de la Intendencia de Maldonado, la bola de nieve está en su tercer año, avanza a toda velocidad y no se avizoran medidas para detener su carrera.